Dos federaciones pugnan por la representación de los empleados en la paritaria municipal de Mendoza, y un tercero asoma la cabeza. La primera reunión fracasó.
Tras varios años sin abrirse el espacio, el Gobierno de Mendoza convocó para el pasado miércoles 24 a los representantes de los sindicatos municipales de las 18 comunas a la paritaria municipal provincial del sector, que establece un piso salarial unificado, que se utilizará como base para las negociaciones que se lleven a cabo particularmente en cada departamento. Sin embargo, por una disputa interna que enfrenta a dos sectores, la audiencia en la Subsecretaría de Trabajo fue suspendida y postergada –en principio- para esta semana.
El motivo, un conflicto que contrapone hace años a las dos centrales que se reparten la representación de los gremios comunales: la Federación de Sindicatos de Municipales de Mendoza (Fesimume) y la Federación de Sindicatos de Municipales de la Provincia de Mendoza (FSMPM). La polémica gira en torno a quién le corresponde paritar en nombre de todos los municipios. Ambas se arrogan ese derecho.
Así es que el día de la negociación ocurrieron enfrentamientos entre las facciones e incluso una secretaria general resultó herida. Agresiones, bombas de estruendo y la presencia –según denunció una de las partes- de integrantes de la barra brava de un popular club de Mendoza caldearon el ambiente. “Al no estar garantizada la seguridad del cuerpo paritario y el desarrollo de la audiencia convocada, se suspende”, se dejó sentado en el acta que firmaron los delegados de los sindicatos que ingresaron al edificio gubernamental y los funcionarios enviados por las municipalidades.
Más allá del enojo que generó la decisión oficial, se destapó la pugna entre municipales mendocinos, que se traslada también al tablero nacional. Es que Fesimume está adherida a la Confederación de Trabajadores Municipales de la República Argentina ( CTM), que hace poco más de un mes intervino la entidad local “por irregularidades” y designó a un delegado normalizador, Daniel Ferro, quien cuenta con 120 días para convocar a elecciones de autoridades. Por el lado de FSMPM, es afiliada a la Confederación de Obreros y Empleados Municipales de Argentina (COEMA). Ambas organizaciones se disputan la representatividad en las provincias.
La Ley Provincial 5.892 (estatuto escalafón de municipales) en su artículo 59 establece que la representación de los agentes estará a cargo de la entidad gremial de segundo grado más representativa. Lo que no queda claro es quién cumple con esa condición.
Fabián Barahona, titular de la FSMPM, detalló a Sitio Andino que en un acto celebrado en Maipú se consolidó la unidad con la participación de todos los sindicatos departamentales, a excepción de Guaymallén y la Ciudad de Mendoza. “El objetivo era empezar a trabajar juntos para mejorar los salarios de los empleados municipales, pero por intereses personales pretenden salvarse solos y armaron ese quilombo que terminó en la suspensión”, lamentó el dirigente, quien ofició de vocero de la paritaria municipal en el último tiempo.
El planteo de Fesimume es diametralmente opuesto. Aseguran que 13 sindicatos municipales están nucleados a la federación, por lo tanto cuentan con la representación mayoritaria. “Creemos que tenemos que estar todos unidos porque al Gobierno le conviene dividir, pero la representación colectiva y la mayoría la tiene nuestra confederación”, remarcó a este medio Pablo Barrera, delegado del SOEM Guaymallén.
Como Barahona, deslizó que en la vereda de enfrente “hay quioscos que nadie quiere perder, pero la ley es clara y deben acatar”.
ATE, la tercera pata interesada
En las afueras de la Subsecretaría de Trabajo también se presentó el miércoles un grupo de delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que presentaron un petitorio para conformar una mesa provincial de municipales, de la que participen todas las asociaciones con alguna representatividad en las comunas. La central que conduce Roberto Macho cuenta con mayoría de afiliados en Malargüe, donde se sienta a negociar salarios con la intendencia.
“Nosotros todavía no tenemos participación activa dentro de la mesa de negociación colectiva y es lo que estamos buscando lograr, para poder paritar y defender de la mejor manera los intereses y necesidades de nuestros afiliados”, señaló al respecto el delegado de esa comuna, Benito Martínez.
Desde ATE denuncian que en los últimos años las federaciones han firmado acuerdos salariales “a la baja” y “como consecuencia los trabajadores no llegan a fin de mes, por lo tanto les brindan préstamos usureros, renovables, por los que los tienen atados (en cuanto a la afiliación) por años”.
Bajo ese panorama, quien se siente en la mesa paritaria deberá negociar una mejora significativa para uno de los sectores estatales –junto con los celadores- que percibe los salarios más bajos. Si bien varía según los arreglos que han cerrado los sindicatos con cada comuna, el básico de un agente municipal de Mendoza oscila entre los 17 mil y los 26 mil pesos. Un haber muy por debajo de la canasta básica que determina la línea de la pobreza.