“Corea invierte en cultura porque es capitalista”
Su familia se mudó a Buenos Aires cuando era chica y en esta ciudad hizo primaria, secundaria y universidad. Ya de vuelta en Seúl, consiguió subsidios para llevar la obra de la escritora al castellano y publicarla. Aquí cuenta cómo es la Premio Nobel, por qué la eligió y cómo se sintió en sus años en la Argentina.
-¿Qué cosas extrañás de la Argentina?
-¿De la Argentina? Todo. Porque bueno, Seúl es el lugar donde vivo, donde tengo mi trabajo, donde tengo mi vida. Pero yo creo que los años importantes son los de formación, la infancia. Los primeros años de la adolescencia, de juventud. Y Argentina me dio todo eso. En esa etapa yo sólo tuve amigos argentinos. La formación intelectual pero también humana se la debo a la Argentina. La famosa educación pública en la primaria, el Nacional de Buenos Aires, la Universidad. Recibí una educación de altísimo nivel, y por lo menos la UBA lo sigue teniendo en Humanidades. Le debo mucho a la Argentina. Le debo mi formación. Le debo mis amistades, mis recuerdos, mi juventud.
-¿Sos un poco Argentina en Corea?
-Sí, claro. En Argentina nunca me sentí muy extranjera. Era pasar al lado de un espejo y ahí recién darme cuenta. Algo así como “ah, claro, soy diferente”. En Corea es al revés: por mi aspecto exterior no me distingo del resto de los coreanos. Ahora ya estoy mucho más adaptada, pero los primeros años me costó una barbaridad. Aunque no se notara, yo era extranjera.
-¿Dónde trabajás ahora?
-En el Literature Translation Institute of Korea, este organismo público que promociona la traducción de la literatura coreana.
-O sea que Corea del Sur, que es uno de los estados más capitalistas del mundo, piensa que hay que subsidiar cosas como la traducción, la literatura, la cultura…
-¡Justamente porque es capitalista! Corea tiene muy claro que hay que invertir en cultura, en educación, en medicina. ¿O adonde se va a gastar esa plata? El LTI tiene un academia de traducción donde estamos formando traductores, pero no son traductores coreanos, son todos traductores extranjeros, estudiantes que entienden coreano y pueden traducir perfectamente a su idioma nativo. Y todos estos chicos -llegan al año alrededor de 50- reciben una beca completa, desde pasaje de avión y estadía, para estar en Seúl durante dos años. Y todo eso con dinero de los contribuyentes. Gracias a esa inversión es que la cultura coreana está tan floreciente. Y no solo en Corea sino en el mundo.
Nota de Patricia Kolesnicov
para INFOBAE 20-10-24.