Sin intenciones de paro ni respuestas, persiste el reclamo de los enfermeros por la reducción horaria
Los sanitaristas de la Guardia del Hospital Santamarina siguen llevando adelante el pedido de una jornada de 6 horas debido a las críticas condiciones laborales, pero descartan por ahora un paro de actividades. Sin definiciones del Municipio aún, sustentan su reclamo en el tiempo de trabajo y no meramente en la cuestión económica.
En medio del escenario de crisis sanitaria, sigue en pie el reclamo de los enfermeros de la Guardia del Hospital Santamarina para lograr las seis horas de trabajo, porque pese al tiempo transcurrido, los sanitaristas no han podido arribar a un consenso con las autoridades del Ejecutivo municipal. Sin embargo, por el momento no hay intenciones de adoptar medidas de fuerza debido al complejo cuadro que planteó la segunda ola de contagios.
Por lo pronto, si bien el Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil motoriza la declaración de insalubridad para todos los trabajadores de la salud pública de la comuna, los enfermeros negocian por su lado con el Gobierno local las mejores condiciones laborales.
Frente a este panorama, semanas atrás llevaron su voz a la puerta de la presidencia del SISP y del Municipio para exponer su situación. En tanto, mientras los profesionales continúan negociando con los funcionarios del Sistema Integrado de Salud Pública (SISP), tratan de visibilizar el problema a través de numerosos carteles y pancartas de colores pegados estratégicamente en los ingresos del Santamarina y el Hospital de Niños, que llaman la atención de quienes circulan por allí.
Y no son los únicos, ya que otros sectores se han plegado al clamor y no sólo apoyan a sus compañeros de la Guardia, sino que exhibieron también sus necesidades en torno a mayores bonificaciones y mejoras salariales.
“Cansados y exigidos”
Rubén Gorostiague Bonavento, enfermero del área habló al aire con el ciclo “Informadísimas” (ECO TV y 104.1 Tandil FM) y explicó que están esperando una definición del Ejecutivo que permita que pasen de tener una jornada de trabajo de ocho horas, como hasta ahora, a cumplir esquemas de seis horas.
Asimismo, la cobertura de los turnos bajo este régimen no sería un problema, porque fue posible armar un diagrama de trabajo para cubrir todas las bandas horarias con el personal disponible o la incorporación mínima de agentes capacitados, sin que eso genere un desequilibrio financiero para el Estado.
“Estamos exigidos con el trabajo porque la Guardia está explotada y somos la misma cantidad de enfermeros”, graficó.
Como se ha detallado oportunamente, el pedido de reducción de horas que llevan adelante los trabajadores se sustenta en la criticidad y multiplicidad de tareas que desempeñan en el nosocomio. Estas tareas se vieron intensificadas por la pandemia y la asistencia de pacientes con Covid-19, que son derivados al sector que se habilitó en la Guardia para contener la alta demanda de camas en las otras salas. Y además de asistir a los pacientes ventilados que son alojados allí, atienden los variados requerimientos del Servicio de Emergencias: ambulancia, traslados, triage, shockroom y los boxes para los pacientes que deben permanecer un par de horas en observación.
De este modo, el plantel del servicio, conformado por 25 profesionales de la enfermería, se dedica a cubrir una gran pluralidad de tareas -con el desgaste que eso conlleva-y consideran que su labor debe ser contemplada como la de los enfermeros de los sectores intensivos y críticos, amparados por la legislación de insalubridad.
Tiempo, no dinero
Aunque no es el eje del problema, la cuestión económica es otra de las aristas endebles del sistema. Un salario básico de un enfermero con aproximadamente 8 años de antigüedad ronda los 22 mil pesos. Con las bonificaciones y extras se duplica, pero la cifra sigue siendo irrisoria en el contexto actual, donde la canasta básica para una familia tipo supera los 60 mil pesos.
Según puntualizó Gorostiague, el reclamo excede la cuestión económica y se vincula, sobre todo, a la posibilidad de alivianar el desgaste laboral. No obstante, pareciera que cualquier oferta económica no sería suficiente para compensar el estrés y esfuerzo que implica trabajar esas dos horas más.
Al respecto, el profesional indicó que “comprendemos que la situación económica es difícil y lo entendemos porque a nosotros también nos afecta, pero no podemos seguir trabajando así. Queremos tener un régimen reducido laboral como tiene otros servicios y como corresponde en el marco de la ley, porque somos un servicio insalubre. Todos intentan colaborar con nosotros y no dudo de la buena fe de las autoridades para llegar a un acuerdo, pero mientras tanto seguimos cansados y esforzándonos”.
“Jamás hablamos de dinero, sólo pensamos en el tiempo y en poder hacer bien nuestro trabajo”, dictaminó.