En medio de una fuerte tensión, el STMO se reunirá para analizar hoy la última propuesta del Municipio. Ayer se realizó el reconocimiento de infraestructura en el Hospital solicitada por el Ministerio de Trabajo. Desde el gremio aseguraron que el resultado fue «lapidario».
En esta disputa por una actualización salarial que lleva varias semanas la pelota está en poder de los empleados municipales, y hoy la pondrán en movimiento al analizar la propuesta revelada a través de Mejor de Mañana por la 98Pop el pasado jueves a la mañana por el doctor Marcelo Fabbi, el subsecretario de Legal y Técnica del gabinete municipal.
En lo que fue considerada por el funcionario «una oferta superadora», la administración Galli hizo llegar una tabla de incrementos de un 25% en mayo, un 10% en agosto y un 17% en diciembre, para un 52% acumulativo, con una cláusula de revisión para el 1 de noviembre. Además, un bono de fin de año que quedaría en 24.215 pesos y el premio anual por presentismo que se abonará en abril.
En el documento se incluyó la cuestión «guardias», siempre sensible a los ojos de los profesionales médicos. Según el nuevo formato, los reemplazos los días de semana estaban en 20.425 pesos y la nueva propuesta los llevarían a 43.500 pesos, y en los fines de semana estaban en 30.938 pesos y se subirían a 52.500 pesos.
Nada de esto pudo ser tratado el mismo día a través de sus «negociadores» -según la versión sindical- porque «llegó tarde», algunas horas después de que se habían retirado de la sede gremial.
El análisis de la oferta pasó para hoy en horas de la mañana, con una reunión ampliada en la sede sindical donde se escucharán las voces de todos los ámbitos involucrados dentro del plantel de empleados municipales. Del resultado de esta reunión podría emerger la convocatoria a una Asamblea para el próximo lunes.
La controversia entre el Ejecutivo y el STMO, que entre las medidas de fuerza dio lugar a un histórico «Abrazo al Hospital» la semana pasada, venía de una reacción inmediata a las 24 horas del intendente Galli, con un ofrecimiento del 67% acumulativo anual, discriminado con un 22% mayo, un 14% agosto, un 16% diciembre, un 7% febrero y un 8% marzo, lo cual fue rechazado de plano.
Con la negativa sobre la mesa de su despacho y los efectos colaterales que se empiezan a sentir en distintos sectores de la comuna, la administración Galli recurrió luego del fin de semana «extra large» a encuadrar el conflicto dentro de una «conciliación obligatoria».
En un contexto de denuncias cruzadas, las partes tuvieron un áspero encuentro el miércoles en la secretaría del doctor Lucas Miriuka.
Este desestimó la «conciliación obligatoria», al tiempo que se anunció una inspección en las instalaciones del Hospital Municipal «Dr. Héctor Cura» y una nueva audiencia para el lunes a la mañana en la sede local del Ministerio de Trabajo.
Recorrida por el Hospital
Tal lo dispuesto por la oficina laboral, el reconocimiento de la infraestructura hospitalaria se llevó a cabo en la jornada de ayer, con la presencia de Alexis Armanini (director administrativo del nosocomio) y el resultado -según fuente sindicales- fue «lapidario».
«El personal no tiene ropa, las máquinas del lavadero siguen perdiendo agua, hay cables en el piso, en muchos sectores la mampostería está en muy mal estado. Así no puede funcionar nada» señaló la fuente sindical a la que tuvo acceso este Diario.
También marcó fallas en los vestuarios y en la zona de duchas para el personal: «Con lo que implica y conlleva todo eso. Los empleados salen de ahí y desparrama los bichos por toda la Ciudad».
«Lo ideal sería entrar, contar con la ropa adecuada, cambiarse e ir al trabajo. Cuando terminan dejan la ropa, porque no se puede llevar a la casa y que se la laven porque está toda contaminada. Hay una bacteria, que se llama KPC, recontra peligrosa. Y no es la única» alertó esta fuente.
«Es una bacteria muy resistente, que se combate a diario con la limpieza. El riesgo de proliferación de esta bacteria tiene relación directa con la medida de fuerza decretada por el Sindicato, que no ayudan mucho» advirtió anoche Alexis Armanini, director administrativo del Hospital.
«Durante este período la limpieza ha sido muy, muy escasa. Ese riesgo biológico está vinculado a la eficiencia del servicio de limpieza. Con las medidas de fuerza, que hicieron que la limpieza sea escasa en este período, el riesgo biológico se incrementa considerablemente» puntualizó.
En realidad, la Klebsiella Pneumoniae Carbapenemasa (KPC) no se trata de una bacteria, sino de una forma de resistencia a la mayoría de los antibióticos que se presenta, principalmente, en unidades de cuidados intensivos en hospitales.
Armanini, además, trazó un balance de la inspección que acaeció en la víspera. En primera instancia hizo una corrección semántica: «Fue una asesoría, recibimos algunas recomendaciones acerca de las medidas de seguridad para los trabajadores en el Hospital y hay varias pautas para trabajar».
«Hay situaciones edilicias que están desactualizadas y para corregir eso tenemos el nuevo pabellón» mencionó, y se refirió a «áreas como el lavadero, que fue el sector denunciado por el Sindicato, donde se observaron falencias menores, como algún cable que se tendrá que levantar del nivel del suelo para evitar el contacto con el agua y algún engranaje en algún motor de la lavadora».
«Son cuestiones puntuales que se pueden solucionar rápidamente, porque no requieren de mayores emprendimientos de obra. Ya hay lugares asignados» opinó.
Armanini admitió también las deficiencias en los vestuarios, foco habitual de controversia con el sector gremial. «Entre las observaciones que hicieron, una fue que no todas las áreas cuentan con vestuarios, por lo tanto se va a tomar la determinación de generar un vestuario centralizado, que sea de uso común para todos los trabajadores» adelantó.
El director administrativo del Hospital, por su cuenta, habló de carencias en el sector de refrigeración: «Se reacondicionará el comedor, para que todo el personal pueda centralizar el descanso. Hubo observaciones más que nada en el área de refrigerio de cada sector».
En tal sentido, apuntó que «por ahí el trabajador tiene su mate o su merienda en el espacio de trabajo y no son compatibles, por el riesgo biológico que puede existir».