La tragedia padecida por el pueblo argentino se grafica con un círculo, y pareciera ser que es el único rumbo en el que se han empecinado y empecinan los políticos y funcionarios de esta nación.

Para el poder, la verdad de Osvaldo Bayer fue siempre ofensiva. Sus palabras ningún viento se las llevó, porque siguen y seguirán vigentes. Es así que cada una de ellas, siendo un anarquista pacifista, no destruyen, sino que edifican. Su bibliografía no hiere, sino por el contrario, cura; su recuerdo no maldice, bendice. Osvaldo siempre fue un hombre crítico, pero de la paz y por la paz.

Como se sabe, toda provocación violenta engendra violencia. Pero en este caso, la violencia perseguida por funcionarios nacionales, y la omisión vergonzante de dejar hacer de autoridades provinciales, solo buscan generar ganancias para la industria de la violencia. Todo esto, sin medir las consecuencias sobre un hecho acaecido, en donde pensándose que se hacia el mal sobre una imagen, no hicieron más que engrandecerla y ponerla exageradamente en vigencia. La han vuelto a instalar masivamente en las redes, y principalmente en la comunidad juvenil.

Si bien toda acción busca una reacción, en este caso que acontece está dirigida en enardecer para llevar a la práctica lo que se denomina “identificación de cuadros contestatarios”. Es decir, el que lo hace quiere ver quiénes y cuántos son los que responden.

Para aquellos que conocimos a Osvaldo, sabemos que Bayer jamás fue proclive ni simpatizante de gobierno alguno. Como buen anarquista, no reconocía la autoridad, la despreciaba, y es así que, al peronismo, radicalismo, kirchnerismo, macrismo, y todos los “ismos”, los aborreció toda su vida por igual.

Lo cierto es, y quedó demostrado en la historia, que una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de las transgresiones. Se puede admitir la fuerza bruta, pero lo que no se puede consentir es la razón bruta, porque esta genera un mundo cínico. Si hablamos de eso, cínico es este mundo que conoce el precio de todo y no le da valor a nada.

El recuerdo, como bien decía el filósofo Soren Kierkegaard, es siempre reflexivo. Recordar es un verdadero arte, es una lucha entre dos poderes antagónicos y eternos: el de la memoria y el del olvido.

Es por ello que llamo a la sana reflexión de todos para el que el monumento sea reconstruido y repuesto en un lugar si se quiere no sea “peligroso” pero visible. Aunque Bayer no lo necesita, porque ya superó y le ganó al tiempo. Una sociedad harta de violencia y carente de justicia precisa de la historia y actitudes éticas de sus gobernantes para construir un presente y un futuro que merezca ser vivido.

La humanidad venera nombres como los de Osvaldo Bayer y no recuerda, como diría José Ingenieros, el de sus perseguidores.

Viva por siempre Osvaldo Bayer, viva su anarquismo.

 

Fuente:https://www.agenciacomunas.com.ar/el-malo-suele-tener-remedio-el-bruto-no/?fbclid=IwY2xjawJSH8ZleHRuA2FlbQIxMQABHS4jsLC0tVymHUoWaU5bABpswpXYhndanJbzG0FVRm376XOjvQ09Y9NLsQ_aem_mvIV03uqyGRkd5P7wxJ-Nw