Tras dos meses de polémica, Passaglia estaría dispuesto a retorceder. El manual PRO para instalar percepciones y climas de opinión.
Dos novedades en la guerra santa del PRO contra IOMA se sucedieron en los últimos días. Por un lado, el bloque de concejales de Juntos por el Cambio logró que se apruebe en Tigre una ordenanza para dar de baja el convenio que une a los trabajadores de ese municipio con el instituto provincial. La ordenanza tiene dudoso futuro: los trabajadores no fueron consultados, el intendente puede vetarla y, de progresar, podría generar una catarata de demandas.
Por otro, se confirmó la voluntad de los municipales nicoleños de permanecer en IOMA, por lo que la ruidosa maniobra política del intendente Manuel Passaglia, como anticipó Buenos Aires/12, puede terminar finalmente en la nada. El municipio contrató una consultoría externa que relevó la posición de los trabajadores municipales, de cuya salud se habló durante dos meses, para volcarla en un informe. El resultado fue contundente: la enorme mayoría no quiere cambiar de régimen.
El secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Municipales, Rodolfo Cecci, afirmó que el resultado del informe «es un triunfo de los trabajadores, que se manifestaron masivamente a favor de seguir en IOMA». «Si esta consultoría se hubiera realizado antes de aprobar la polémica ordenanza y no después, se hubiera ahorrado tiempo, discusiones y, especialmente, angustia de los interesados». ¿Por qué se hizo de este modo y no a la inversa? La respuesta está en las ambiciones políticas de los Passaglia.
Kreplak cruzó a Bullrich
Este miércoles se produjo un cruce en Twitter. La precandidata a presidente de JxC, Patricia Bullrich, posteó, en referencia a Tigre, “lo hicimos de nuevo y en este caso en un municipio gobernado por el Frente de Todos. Como sucedió también en San Nicolás, Capitán Sarmiento, Pergamino y en otros municipios, en Tigre nuestros concejales lograron romper con IOMA y dar libertad de elección de su obra social a los trabajadores municipales”.
El ministro Kreplak respondió: “Le hablan a quienes no tienen ni usan IOMA. Es un modo de accionar. Con todo igual. Buscan bajar impuestos y desfinanciar el sistema público. Luego se “indignan” del mal funcionamiento y privatizan. La historia de la derecha una vez más”. Lo cierto es que ninguno de los distritos que menciona Bullrich abandonó IOMA a excepción de Capitán Sarmiento, cuyo caso funcionó como advertencia para los demás.
Le hablan a quienes no tienen ni usan IOMA. Es un modo de accionar. Con todo igual. Buscan bajar impuestos y desfinanciar el sistema público. Luego se “indignan” del mal funcionamiento y privatizan. La historia de la derecha una vez más. https://t.co/SOpXnrpnmM
— Nicolás Kreplak (@nkreplak) April 26, 2023
A pesar de las declaraciones altisonantes de dirigentes e intendentes del PRO de distintos municipios bonaerenses -entre ellos Hernán Bertellys de Azul, Javier Martínez de Pergamino y José Petrecca de Junín-, todos ellos ratificaron formalmente sus convenios de adhesión con la obra social provincial, ante un pedido explícito de la dirección del Instituto.
La única ruptura que se concretó realmente fue la de Capitán Sarmiento, cuyo intendente, Javier Iguacel, se expone a cargos del Tribunal de Cuentas de la provincia, que advirtió sobre la ilegalidad de la maniobra. El antecedente de Capitán Sarmiento pesó mucho, tanto en la decisión de los demás intendentes como en la de los trabajadores de San Nicolás.
Ocurre que la prepaga privada contratada por Iguacel no se hace cargo de los pacientes crónicos -oncológicos, diabéticos y cardíacos, entre otros de alto consumo- y el municipio les reintegra el monto de la cuota de IOMA en tanto afiliados individuales. Pero a los pacientes “sanos” no les va mucho mejor: la prepaga no tiene prestadores contratados en el distrito y deben desplazarse hasta Pergamino para ser atendidos.
En el medio, Passaglia abandonó la neutralidad interna y se sumó al armado político de Bullrich, a pesar de tener hasta entonces mayor cercanía con Diego Santilli, el candidato a Horacio Rodríguez Larreta en la Provinia. Con la expectativa de ser candidato a vicegobernador, privatizó el hospital de zona oeste sin haberlo inaugurado. Quedó en manos del rosarino Grupo Oroño, cuyo histórico titular, Roberto Villavicencio, fallecido el mes pasado, tenía una relación con el jefe del clan Passaglia, Ismael.
IOMA es el instituto provincial al que aportan todos los trabajadores públicos de la provincia, desde el gobernador y sus ministros hasta los docentes y policías. El discurso opositor se anclaba en un valor positivo, la libertad de opción, pero también en un profundo desconocimiento del funcionamiento del sistema de salud. La condición “cautiva” de los afiliados se basa en principios y cálculos actuariales muy finos, que no pueden romperse sin poner en riesgo el equilibrio financiero y, en consecuencia, el derecho a la salud.
El sistema se basa en el principio de solidaridad recíproca: una mayoría de aportantes sanos aporta para financiar la cobertura de una minoría, con la expectativa de que esos roles se inviertan cuando sea necesario. Por eso es importante la antigüedad y la permanencia: el paciente, desde joven, “compra” o “amortiza” a plazo, su cobertura posterior, cuando más la requiera. Cuando alguien cambia de cobertura, esa trayectoria se altera. Alguien se queda con la rentabilidad y otro con los pasivos. El otro escollo para la privatización era el nivel de ingresos de los trabajadores, crecano a la línea de pobreza, nada atractivo para los jugadores privados de la salud.
“Los Passaglia tuvieron conversaciones informales con varias prepagas, pero nadie quiere brindar servicio por ese nivel de aportes, que es muy bajo, y los municipales tampoco están en condiciones de complementar con aportes de bolsillo”, le contaron fuentes sindicales a Buenos Aires/12. Este sería el motivo de que, a casi dos semanas de terminado el plazo para recibir ofertas privadas, no haya ninguna comunicación oficial del municipio al respecto.
Línea de tiempo
– En la madrugada del 4 de marzo, el concejo deliberante de San Nicolás aprobó la ordenanza que rompió el convenio local con IOMA. La oposición había sido convocada el mismo día y no conocía el orden del día. Passaglia tuiteó, con mayúsculas: “NOS CANSAMOS DEL DESASTRE DE IOMA Y DE LA INACCIÓN DE KICILLOF”.
– Esa misma semana , se subió a la ola el ex presidente Mauricio Macri: “Se tienen que caer todas las vacas sagradas. Es hora de terminar con todos los sistemas ineficientes, corporativos y mafiosos que se apoderaron de la Argentina”. Y Passaglia volvió a la carga: “Si IOMA anda tan bien, ¿por qué tenés OSDE, Kicillof?”.
– Para reforzar el mensaje, Vidal y Ritondo visitaron la ciudad y las obras del hospital privatizado antes de ser inaugurado, casualmente, construido por el mismo grupo que ganó la licitación posterior.
– Las autoridades de IOMA negaron haber recibido quejas de afiliados de San Nicolás. El ex director del Garrahan, Oscar Trotta, expuso cifras de niños nicoleños atendidos en ese hospital de alta complejidad, gracias al convenio con IOMA.
– En las semanas siguientes, de a uno, los intendentes PRO de la provincia fueron anunciando que iban a tomar medidas como las que ya habían llevado adelante Passaglia e Iguacel.
– El 27 de marzo, el gobernador Kicillof, el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, y el titular de IOMA, Homero Giles, anunciaron un paquete de medidas que incluía aumentos de honorarios médicos y salarios de empleados, cobertura de medicamentos al cien por cien y reapertura de la afiliación para individuales a un valor de $11.600, el más accesible del mercado.
– El 1 de abril IOMA comenzó a intimar a los municipios “rebeldes” para que ratifiquen o rectifiquen los convenios vigentes. Pero no recibieron ninguna rectificación.
– Al día siguiente, el 2 de abril, aparece un punto de inflexión en esta historia: Bullrich y Passaglia posan juntos frente a cámara. Ella lo felicita por “las batallas que dio”, resalta la de IOMA, y le da la bienvenida a su espacio político. Este parecía ser, a todas luces, el verdadero objetivo de Passaglia en su cruzada anti IOMA.
– El 14 de abril se cumple el plazo previsto por el municipio para recibir ofertas de interesados en atender la salud de los municipales. Nadie tenía demasiado en clara la manera en que se iba a tomar la decisión.
– El 19 de abril, a pesar de las quejas de la oposición y los empleados municipales, la mayoría legislativa de JxC le otorga a Grupo Oroño la concesión del hospital zonal oeste.
– El 25 de abril el consultor externo pagado por el propio municipio que conduce Passaglia hace explícito lo que los involucrados sabían previamente: no había ningún interés genuino de los afiliados de IOMA por cambiar de cobertura, sino una jugada del intendente en busca de posicionarse en su espacio político. Sin embargo, Bullrich tuitea como si nada de esto hubiera ocurrido.