Trabajadoras sociales del Sistema de Salud reclamaron mejores condiciones laborales
En estos aciagos tiempos, quedó al descubierto en todas partes, para bien o para mal, las condiciones en las que los trabajadores de la salud llevan adelante sus labores diarias. En esta ocasión, se suma la voz de las trabajadoras sociales del Sistema Integrado de Salud Pública, que se entrevistaron con integrantes del Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil y acercaron algunas de las demandas del sector.
Según informaron, en el caso de quienes se desempeñan en los hospitales, la urgencia radica en disponer de un lugar acorde al trabajo que realizan. Indicaron que es la tercera vez que, en pocos meses, son “trasladadas” de lugar y destinadas a oficinas en las que reina el desorden y el hacinamiento. Además, sostuvieron que, durante los últimos meses, se incrementaron las tareas y responsabilidades con las que deben lidiar a diario.
En el arco de demandas presentado, se destacó la necesidad de garantizar el ingreso de personal, el pago de la movilidad, el reconocimiento de funciones y del trabajo por fuera del horario en el que prestan servicio.
Así, desde la entidad gremial elevarán un escrito con dichas solicitudes y aguardarán una reunión con los responsables del área para canalizar los pedidos.
David Marconi, secretario gremial del Sindicato Municipal, enfatizó que “no tienen lugar físico para trabajar”. En este punto, describió que en primera instancia fueron cambiadas de sitio por las obras y remodelaciones que se efectuaron en la cocina y otras modificaciones edilicias.
Luego, por la pandemia, hubo una segunda reubicación, y finalmente recalaron en un espacio donde se acumulan diversos elementos cual depósito. Con el devenir de la situación sanitaria, el Hospital Santamarina hizo varios cambios, por cuestiones propias de las acciones tendientes a mejoras en el edificio o por temas operativos, transformando salas de reuniones o descanso en espacios de internación para pacientes leves. Estas alteraciones propiciaron las idas y vueltas de las trabajadoras, que han debido ajustar sus labores a las estructuras que les fueron impuestas.
Por otro lado, el marco del trabajo interdisciplinario que deben ejecutar y de la naturaleza misma de las funciones que cumplen, es inevitable que deban trasladarse hacia otras instituciones o que realicen visitas a domicilios. Los costos de estos desplazamientos corren por cuenta de las mismas profesionales, que reclaman el pago de viáticos que contemplen los gastos en combustible y transporte.